Ya son 12 años de ser patinadores, de ser pareja, en lo deportivo, y de haber incursionado al mismo tiempo en el patinaje artístico.
Se trata de la pareja de danza colombiana compuesta por Leonardo Parrado de 29 años y su compañera Marcela cruz, un año menor que él.
Desde el 2005, cuando se conocieron en la Unidad Deportiva El Salitre de Bogotá, cada uno practicando y conociendo de esta disciplina, aún se conservan como pareja, juntos haciendo del patinaje la mejor experiencia de sus vidas.
¿Quién lo iba a creer?, es la pregunta que se hacen estos dos deportistas, pues entre sus planes no estaba el afianzarse y convertirse en la pareja de danza más exitosa de Colombia en los últimos tiempos, claro que era algo que si estaba entre las proyecciones de su entrenador Jairo Suárez, quien siempre los ha acompañado, y desde sus comienzos les ha brindado todas las directrices para que su carrera deportiva entregue resultados, “él fue quien creyó plenamente en que si podíamos ser pareja”.
Para ellos su relación es como la de un matrimonio, esa que conforman esposo y esposa, pues entre risas, ambos expresan que “el llevar todo éste tiempo juntos como pareja en el Patinaje Artístico, nos ha permitido pasar por situaciones difíciles, tener altibajos que nos han unido, y han hecho que seamos ese complemento tanto el uno para el otro, pero por eso es que estamos donde estamos”. Y hay dos logros que les ha marcado este camino, en los IX World Games 2013 celebrados en la ciudad de Cali, donde obtuvieron el tercer lugar, y en el Mundial de Reus, España, en el 2014, donde alcanzaron un cuarto lugar.
Leonardo y Marcela tienen cualidades significativas para la práctica de esta disciplina, una de ellas su buena estatura, la cual resulta armoniosa y elegante a la hora de estar en la pista, y también gracias a su anatomía, tienen piernas largas con las que pueden coger bastante velocidad y así realizar los diferentes empujes. En sí, ¡hacen buena pareja! en esta modalidad de danza en la que se debe tener características especiales para bailar diferentes ritmos musicales, poseer un buen oído, aprender tiempos musicales, y claramente, desarrollar la parte teatral. Es por esta razón que, como lo expresa Marcela Cruz, “El patinaje para mí es un estilo de vida, una forma de expresarme y de liberar todos los sentimientos que tengo”.
También persisten las debilidades entre ellos como patinadores y como seres humanos, pues son perfeccionistas, siempre hacen una autoevaluación después de cada prueba, y tienen muy en cuenta sus errores para trabajar en ellos y no repetirlos.
Su ciclo deportivo aún no se acaba, aún creen que les falta dar más en el patinaje artístico y que aún hay tiempo para demostrar de qué está hecha ésta pareja. Y aunque la relación deportiva parece un completo matrimonio, pues todo lo que han alcanzado ha sido “en pareja”, los dos, solteros, aseguran que “esta relación no se formalizará como matrimonio, porque siempre seremos amigos, nuestra pareja es por el patinaje al cual tanta pasión le hemos entregado”.
Federación Colombiana de Patinaje
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